Poesia
9:21Cada instante con su piadoso olvido,
sin llegar a ser memoria,
se disuelve en la fragancia del vacío.
Vamos rodando dentro de una piedra
con el corazón preso en su corteza de fierro,
falsos ciegos, sin lágrimas ni llaves.
Aunque el mundo clave su eje en nuestra mente
hay en el fondo del alma una esfera que no gira,
lo que hemos creído ser se desmorona.
Recibir el aroma del puerto prometido
después de un viaje a través de mil abismos
que nos quieren embaucar con sus cantos de ramera,
ser abrazados por un calamar invisible,
sentir arder al niño encerrado en nuestro pecho,
verlo caer convertido en cenizas milenarias,
padecer las estocadas del viento
con los ojos clavados en el cielo y la mente en andrajos,
dejar deslizarse el mundo por las manos abiertas
con los bolsillos llenos de una eterna ausencia.
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