No es la primera vez que vemos interfaces controlados con la mente, pero las últimas investigaciones de la Universidad de Minnesota han conseguido desarrollar un sistema que permite controlar un objeto en un entorno tridimensional utilizando electrodos cerebrales no invasivos al contrario que los métodos invasivos u otros que sólo permitían el movimiento en uno o dos ejes.

Para ello han utilizado un gorro capaz de capturar el encefalograma con 64 canales, permitiendo grabar y decodificar los pensamientos sensomotrices generados al imaginar mover partes del cuerpo.

Se utilizaban los movimientos de los brazos, piernas y lengua para, de manera gradual, ir primero moviendo un cursor en una dimensión, luego en dos y por último en tres, algo inédito usando electrodos no invasivos.

Además no sólo se consiguió detectar el movimiento simple sino también en diferentes grados y velocidades, permitiendo por tanto movimientos precisos y rápidos que permitieron hacer simulaciones con un helicóptero pasando por varios aroscolocados de manera aleatoria y que los participantes consiguieron atravesar con un 85% de precisión.

¿Pasaremos en breve de interfaces que cada vez son más activos y que buscan que utilicemos todo nuestro cuerpo a otros que con ponernos un gorro ya nos permitan hacer de todo echados en el sofá con menos movimiento que un jubilado frente a una obra?