Foldit salva vidas y cura el SIDA con juegos de puzzles
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Que la Universidad de Washington haya desarrollado una aplicación para ordenador en la que el jugador tiene que resolver complicados puzzles 3D no tendría que ser noticia.
Pero si esos puzzles al resolverse pueden facilitar la comprensión de la estructura cristalina de la proteasa retroviral del SIDA, uno de los mayores problemas que hay para combatir esa enfermedad… ¡amigo! esto ya tiene otra pinta. La comunidad de jugadores de “Foldit” están aprovechando sus horas de juego para ayudar a la comunidad científica. Y aún hay más.
El plegamiento de proteínas es uno de esos complicados problemas con los que se encuentran los científicos en sus investigaciones que no saben como resolver.
Mientras tanto una nutrida comunidad de jugdores de “Foldit” han desarrollado una habilidad especial para resolver puzzles semejantes con lo que a alguien se le ocurrió la brillante idea de programar una aplicación que ofreciese ese desafío a los jugador, el de solucionar el modo en que complicadas estructuras se organizan.
La buena noticia es que sin tener el más mínimo conocimiento de Biología Molecular o Bioquímica los jugones no han necesitado más que 10 días para resolver lo que traía de cabeza a los científicos. El trabajo colaborativo, una especie de crowdsourcing híbrido científico-jueguístico ha permitido que los jugadores, de forma remota y desde países tan alejados entre sí como Nueva Zelanda, Canadá lo diversas naciones europeas hayan podido compartir soluciones, comentarios… rivalizando a la vez que colaboraban.
La resolución final de la estructura en la que se pliegan estas proteínas, lo que facilitaría luchar contra el SIDA, llegó cuando un jugador cuyo equipo no iba muy bien en la búsqueda de la solución y cuyo enfoque personal tampoco encontraba el éxito dedició examinar las estrategias de otros jugadores, lo que le permitió encontrar la respuesta.
La inteligencia colectiva puede haber encontrado una vía de proporcionar ayuda a la comunidad científica cuando sus límites individuales son sobrepasados por la complejidad del reto aprovechando la habilidad desarrollada por los aficionados a los videojuegos. Ya tenemos la excusa cuando nos diga nuestra madre que apaguemos la consola: “mamá, déjame, estoy entrenándome para ayudar a la Ciencia a salvar vidas”
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