El bañador del Comecocos que tenía las píldoras energéticas en los lugares equivocados

Las cosas o se hacen bien o no se hacen. Bueno… quizá esta vez podemos ser un poco más flexibles con la perfección. Porque si algo le falta...

Las cosas o se hacen bien o no se hacen.
Bueno… quizá esta vez podemos ser un poco más flexibles con la perfección. Porque si algo le falta a este refrescante bañador (refrescante para la modelo, algún espectador puede sufrir de intensos calores al verlo) es tener estratégicamente situadas esas pastillicas especiales que se comía nuestro amigo el Comecocos y que lo ponían como una moto. Seguramente alguno verá este bañador y también se pondrá a 100 sin necesidad de comer nada. Y aún hay más.
Con el Pacman ubicado en lo que viene siendo el ombligo, la chica que se ponga este bañador podrá divertirse con su pareja de juegos favorita aunque seguramente habrá que establecer alguna investigación para determinar quién de los dos se lo pasa mejor… si se juega bien.
Con esos pasadizos en los que se ocultan los temibles fantasmas que acechan en la oscuridad, el pobre Comecocos no tiene otra escapatoria que recorrerlos a toda velocidad (o tomándose su tiempo, ¿por qué no?) y puedes seguir ese sinuoso recorrido con tus propios (y pecadores) deditos.
Bañador y pasatiempo, todo en uno, un estival homenaje a los videojuegos consoleros ya clásicos que te hará exclamar “waka waka waka waka…”.

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